miércoles, 25 de mayo de 2011

The Royal Tenenbaums: "I always wanted to be a Tenenbaum"

Wes Anderson es uno de los directores más incomprendidos en la actualidad. Es usualmente acusado de pretencioso y de ser demasiado autoconsciente con su estilo. Personalmente es uno de mis directores preferidos y todo lo que la gente puede odiar de sus films es justo lo que más me mueve de ellos.

The Royal Tenenbaums (2001) es su mejor película hasta el momento. Es una película de un estilo único, tanto por el lado formal o de estilo, como en la forma en la que combina el drama y el humor. 
La película trata acerca de una familia de tres ex niños genios y diversos personajes que la rodean. Estos niños estaban destinados a la gloria pero por causa de decepciones ocasionados por los golpes de la vida pasaron de estar destinados a la gloria a estar destinados al fracaso. "In fact, virtually, all memory of the brilliance of the young Tenenbaums have been erased by two decades of betrayal, failure and disaster" dice el narrador en la introducción del film, genial secuencia armada con la melodia de "Hey Jude" de los Beatles de fondo.


El papá, Royal Tenenbaum, interpretado por Gene Hackman es una de las principales razones por las cuales la vida de sus hijos no fueron las que se esperaban.  Su egoísmo y falta de empatía los fueron carcomiendo poco a poco hasta dejarlos siendo adultos heridos por dentro que no pueden tener relaciones normales con sus padres, hijos y parejas. Durante la película Royal tratará de ser parte de sus vidas nuevamente y enmendar sus errores. Los hijos son interpretados por Ben Stiller, Gwyneth Paltrow y Luke Wilson. Los tres dan unas de sus mejores actuaciones.


Los personajes a simple vista pueden parecer caricaturas pero son mucho más que eso. Sí, admito que parte del estilo de Anderson es mostrar su complejidad a través de su vestimenta y manerismos pero la gran combinación de los diálogos, la dirección y las actuaciones hacen que se vuelvan personajes entrañables y completamente identificables. Richie, el personaje de Luke Wilson, está basicamente toda la película usando el polo de un uniforme de tennis, deporte el cual lo llevó a la fama de niño. Esto es como una forma de no querer dejar el pasado mejor atrás y de pensar que hubo un tiempo de felicidad y logros. 

Detalles como estos son los que hacen diferente a The Royal Tenenbaums. Una mirada, una linea de diálogo susurrada, un gag visual, son elementos que enriquecen la película y perderse uno de esos momentos te puede hacer dejar de entender el mundo interior de estos personajes o sencillamente perderte una buena carcajada.

La forma en la que filma Wes Anderson también es muy peculiar. Le gusta la mirada fija, centrada en el personaje, casi perfectamente simétrica y con movimientos de cámara casi siempre sutiles. Todo eso contribuye en hacer sentir al espectador que está entrando en una realidad híbrida, de una mirada emocionalmente sincera pero también de una realidad exagerada.


Al ver la pelicula uno encontrará personajes frágiles y golpeados que tratan de vivir su vida de la mejor forma, pero que no logran expulsar sus demonios internos lo cual no les permite relacionarse bien con los demás. Parece un tema pesado pero lo genial de Anderson es que encuentra el humor  en la tristeza de la mayoría de situaciones, lo cual hace que uno pase un muy buen momento.

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